Estoy encantado de que las pieles de mi ganado sirvan para fabricar cuero de alta calidad, que beneficiará a las personas durante décadas, por ejemplo, en forma de resistentes botas de montaña.
Para mí, destruir recursos vivos y cultivados no es una opción, ya que además supondría una carga considerable para el medioambiente. En lugar de cuero, tendrían que producirse materiales sustitutos, en el peor de los casos, plástico. Esto consumiría agua, materias primas, energía adicional e introduciría muchos productos químicos en la naturaleza.